Mucho costaría un año atrás imaginarse el escenario en el que se encuentra actualmente el filial el Barça Atlètic. En apenas nueve meses, se ha pasado a luchar por el ascenso directo a pelear por la permanencia, en penúltima posición y a 5 puntos cerca de finalizar el mes de febrero. Está siendo un curso muy complicado, que empezó con mal pie en la pretemporada, con la inesperada marcha de Rafa Márquez del banquillo. La salida del mexicano pilló a contrapié a la dirección de la base azulgrana, que con la reciente incorporación de Juliano Belletti en el Juvenil A, decidió apostar por Albert Sánchez, quien había sido segundo entrenador en las dos temporadas anteriores. Nadie lo discutió entonces, hasta se llegó a la conclusión de ser la decisión más lógica. Superada la vigesimoquinta jornada, pero, son varias las voces que responsabilizan al técnico catalán de la mala situación del equipo.

Nadie puede negar que la plantilla ha empeorado, a nivel competitivo y cualitativo. El ascenso de Marc Casadó, Pau Víctor, Marc Bernal o Gerard Martín al primer equipo, junto a las salidas de Moha Moukhliss, Mika Faye o Marc Guiu, se notaron desde el principio. La marcha de Unai Hernández al Al-Ittihad en el pasado mercado de invierno, desmanteló del todo el equipo que se quedó a las puertas de subir a Segunda División en Córdoba. Siendo esto cierto, y sin ignorar lo que supone perder tanto talento, el rendimiento está dejando mucho que desear, sobre todo a nivel colectivo. El Barça Atlètic no es un equipo reconocible en el juego, una realidad injustificable pasados siete meses de competición. Cierto es también que jugadores importantes, sobre todo en ataque, como Dani Rodríguez, Óscar Ureña, Raúl Dacosta o Toni Fernández, se han perdido varios meses de competición. Sánchez nunca ha gozado de toda la plantilla a disposición. Pero, esto no excusa los resultados tan negativos, de la mano de un mismo patrón de errores que no se corrigen con el paso de las semanas.

El margen es mínimo, por no decir inexistente. El equipo debe empezar a ganar en una categoría complicada, muy exigente y en la que nadie regala nada. De momento, Albert Sánchez seguirá en el cargo, a pesar de sentirse cuestionado. “Soy realista con la situación y estoy muy responsabilizado. Tengo energía y soy autocrítico. Si el club considera que debo continuar, yo estoy con fuerza”, dijo tras la dolorosa derrota ante el CD Arenteiro. Tarragona es el próximo destino. Un derbi siempre complicado ante el Nàstic que ha terminado con derrota azulgrana en las últimas tres ocasiones. Como sea, el Barça Atlètic deberá encontrar la manera de ganar.