Los secretos de la Terminal Corporativa de Barcelona

Last Updated: 12 febrero 2025By

La terminal privada es uno de los puntos calientes de la Ciudad Condal que han visto los secretos de las personalidades del deporte

Escondida en un rincón poco conocido del Aeropuerto de Barcelona, la Terminal Corporativa es uno de esos lugares en los que, si las paredes hablaran, contarían historias difíciles de creer. Ubicada en un lateral de la Terminal 2 pero completamente apartada de ella, este recinto se ha convertido en un refugio para futbolistas, políticos, artistas y altos ejecutivos que buscan la comodidad y discreción que los vuelos comerciales no pueden ofrecer.  

En sus lujosas salas VIP se han producido encuentros y reuniones de alto nivel que, en más de una ocasión, han podido cambiar el rumbo del país. Sus paredes han visto negociaciones de fichajes, acuerdos empresariales y más de una escapada secreta entre amantes lejos de la mirada del público y la prensa.  

Sin embargo, con el auge de la aviación privada y el descenso de sus precios precios —hoy en día es posible reservar un vuelo privado por apenas 250 euros por persona—, la Terminal Corporativa perdió hace tiempo el hermetismo que le caracterizaba. La presencia de periodistas y aficionados al mundo del espectáculo y el deporte comenzó a ser habitual, con decenas de personas esperando en sus puertas con la esperanza de captar un autógrafo o una imagen exclusiva.

¿Un aeropuerto privado o Las Ramblas de Barcelona?

El punto álgido de esta fiebre llegó en verano de 2022, el famoso verano en que el Barça vendió activos del club para comprar a Lewandowski, Koundé o Raphinha, entre muchos otros. En pleno mes de agosto, la Terminal Corporativa estaba abarrotada de cantantes que acudían a festivales, futbolistas que se marchaban de vacaciones y agentes de jugadores que viajaban a Barcelona para negociar con el Barça en pleno mercado de fichajes. «Era una auténtica mina de oro», relatan periodistas y seguidores que frecuentaban la zona. Acudir a la terminal de vuelos privados se convirtió en sinónimo de terminar el día con varias exclusivas, dado que quienes llegaban a este espacio solían hacerlo con la intención de evitar el foco mediático y, por lo tanto, era gente relevante en busca de discreción. “Íbamos a pasar el día porque sabíamos que tarde o temprano íbamos a encontrar lo que buscábamos”, aseguran. 

Por contra, pasajeros con los que ha podido hablar Jijantes aseguran que ”no tenía sentido alguno pagar 20.000 euros por aterrizar en una terminal privada con la intención de obtener discreción si al llegar te encontrabas con decenas de adolescentes y periodistas en la puerta”. Pagabas por privacidad y recibías justo lo contrario”, asegura un reconocido representante de futbolistas. “Mi jefe me pedía que fuera a buscarlo al aeropuerto y de ahí nos íbamos a negociar con el Barça a la Ciudad Deportiva. Una vez él entraba a mi coche tras ser asediado a preguntas por toda la prensa deportiva, me preguntaba si había sido yo el que había filtrado su llegada. Llegaron a sospechar mucho de mí y yo no sabía como explicar que no conocía de nada a toda esa gente”, asegura el representante.

Ese frenético e intenso agosto de 2022 llegó al punto de recibir la visita diaria de hasta 20 o 30 curiosos que se agrupaban en la Terminal Corporativa formando pachangas de fútbol para matar el rato mientras esperaban la llegada de los famosos. Sin quitar un ojo al FlightRadar —la aplicación que permite seguir los vuelos en tiempo real—, los jovenes pasaban todos y cada uno de sus días de vacaciones en un aeropuerto a 30 grados de temperatura. Sí, como quien va a la playa. Solo les faltaba la arena y la tumbona. A todo ello, los trabajadores de la terminal no sabían muy bien que hacer y observaban atónitos la situación sin mucho que poder hacer. “Vivimos en el Prat de Llobregat y en lugar de quedar en un bar y gastarnos el dinero venimos a la terminal privada para vender las camisetas de los futbolistas firmada”, cuenta un aficionado. 

Auténticos expertos

Muchos de ellos no llegaban a la mayoría de edad pero disponían de un conocimiento extremo de la matería, conociendo absolutamente todos los detalles de cada famoso. “Es imposible que avión privado que aterriza en 20 minutos sea Messi porque su escolta siempre llega una hora antes conduciendo un Mercedes. Además, no va Neus de copiloto (la encargada de gestionar la agenda y los viajes del astro argentino), pero podría ser DJ Black Coffee, porque esta noche pincha en Shoko”. 

Lo más sorprendente de estos grupos de jóvenes no era su capacidad para prever y analizar los movimientos de futbolistas y celebridades, sino sus intereses, que desde luego eran muy distintos a los de la prensa. Los ‘tiktokers’ cazaban sistemáticamente llegadas que habrían sido auténticas exclusivas para la prensa pero para ellos pasaban completamente desapercibidas. “Sí, ha llegado Jorge Mendes hace un rato, pero no lo hemos grabado porque a nosotros nos da igual. Hemos venido porque pensábamos que podía llegar Piqué y queríamos una foto con él. Eso sí, le hemos preguntado a Mendes si vendrá Bernardo Silva al Barça y nos ha sonreído guiñando un ojo”, relataba uno de ellos con total naturalidad.  

Desde años atrás corría el rumor que reconocidas personalidades se habían puesto en contacto con AENA para solicitar que se cerrara el acceso a la terminal y se habilitara únicamente para aquellos que fueran a viajar. “Ojalá fuera verdad, pero ya conocemos a los de AENA, hablan mucho y luego no hacen nada”, contaban los trabajadores del aeropuerto. 

Sin embargo, y para sorpresa de todos, en febrero de 2023 aparecieron varios operarios en la Terminal Ejecutiva y se empezó a vallar el recinto, haciéndolo así completamente privado. Una vez terminado el trabajo, aún se hacía posible grabar desde el exterior a una lejana distancia de 20 metros pero dificultaba mucho las largas guardias en busca de noticias. Ya no era posible conseguir declaraciones de los protagonistas dado que únicamente se les veía entrando rápidamente a una furgoneta tintada. 

Desde entonces, lo que fue una gran fuente de noticias se ha terminado conviertiendo en un búnker, dejando atrás aquellas llegadas sorpresa como la de Aubameyang, que aterrizó en Barcelona para fichar por el Barça sin que el propio club lo supiera, o el viaje secreto de Luis Enrique a primera hora de la mañana a Londres —para evitar encontrarse a algún periodista haciendo guardia—y entrevistarse con el Chelsea. 

Los famosos han recuperado parte de la discreción que perdieron en su momento, sí, pero todos sabemos que en Barcelona no solo las pardes escuchan, también hablan… Desde luego, una ciudad única.